San Francisco Javier
Pico Rivera
Aprende MásNuestro objetivo parroquial
$805,000
Comprometido más de 5 años para la campaña Llamado a renovar.
Nuestra parroquia recibe
$402,500
Para renovar nuestra parroquia y fortalecer los ministerios.
Nuestra iglesia no ha sido pintada en muchos años. Volver a pintar el interior y el exterior restaurará su belleza original y la protegerá de los elementos.
Los baños parroquiales son viejos y anticuados. La remodelación de los baños también los hará accesibles para todos los feligreses.
Nuestro estacionamiento ofrece una mala primera impresión de nuestro campus. Volverlo a pavimentar completamente creará un ambiente más acogedor y seguro para todos los que vienen a orar con nosotros.
El techo de la iglesia ha excedido su tiempo de duración y reparar algunas secciones de él ya son necesarias. Reemplazar el techo evitará futuros daños a nuestro espacio de culto.
La cocina de nuestra iglesia es parte integral de nuestra difusión parroquial y de muchos ministerios. La actualización de la cocina permitirá que este espacio pueda atender mejor las necesidades de nuestra parroquia.
Al asumir nuestra misión de crecer cada vez más perfectamente como una comunidad de alabanza, culto a Dios y testimonio, Llamados a Renovar reconoce el papel central de las parroquias en la vida cotidiana de una Iglesia plena de vida.
Satisfacer las necesidades espirituales y temporales de los demás es un importante ministerio de la Iglesia. Llamados a Renovar ofrece una oportunidad extraordinaria de expandir y ayudar de manera más efectiva a la gente del sur de California a través del ministerio a los enfermos y moribundos y a través del ministerio de Justicia Restaurativa.
El futuro de nuestra Arquidiócesis se ve reforzado por la cantidad de hombres que responden al llamado del Señor a servir. La Arquidiócesis está comprometida con la formación de seminaristas y clérigos para prestar un mejor servicio a la Iglesia en los años venideros.
Nuestra misión de vivir en una mayor comunión con Dios y con la Iglesia se lleva a cabo a través de una variedad de programas, incluyendo las escuelas parroquiales y diocesanas, la formación mediante la educación religiosa y la presencia católica en los campus universitarios de todo el sur de California.