Mientras la mayoría de nosotros nos quedamos en casa y no podemos participar activamente en la vida parroquial, puede ser un desafío sentirse conectados con Dios y nuestras comunidades. Nuestra fe nos pide que perseveremos en tiempos de prueba y cultivemos corazones llenos de gratitud y confianza en que, a pesar de la dificultad, todavía están sucediendo cosas hermosas. ¡La evidencia esta al todo alrededor!